El coche biónico de Mercedes-Benz con un consumo de 2,8 l/100 km a 90 km/h
DaimlerChrysler está utilizando un nuevo concepto de vehículo para examinar el enorme potencial de la biónica en el desarrollo del automóvil y ha obtenido unos resultados sobresalientes en consumo de combustible y emisiones con una combinación de tecnología pionera en motores diésel y métodos innovadores del control de emisiones.
Para diseñar el coche biónico, los ingenieros de Mercedes-Benz han recurrido por primera vez a un ejemplo específico de la naturaleza, que no sólo conjuga las ideas de aerodinámica, seguridad, confort y compatibilidad medioambiental del coche en términos de detalles, sino también de forma y estructura como un todo; el ejemplo ha sido el pez cofre (ostracion cubicus).
A pesar de su cuerpo en forma de paralelepípedo, o cofre, este pez tropical está, de hecho, extremadamente perfilado y cuenta con una hidrodinámica ideal. Con un modelo a escala construido de la manera más fiel posible al pez cofre, los ingenieros de Stuttgart lograron alcanzar en el túnel de viento un coeficiente aerodinámico de sólo 0,06.
Para poder aplicar este enorme potencial al desarrollo del automóvil, los técnicos de DaimlerChrysler crearon primero un modelo a escala 1:4 cuyo contorno era prácticamente igual al de un pez cofre. En los ensayos realizados en el túnel de viento, se registró un coeficiente aerodinámico de 0,095, un valor sin precedentes, en este modelo de arcilla. Este valor corresponde a los alcanzados con modelos extremadamente perfilados (Cx = 0,09) y otras formas aerodinámicamente ideales.
DaimlerChrysler utilizó los resultados obtenidos en la investigación para el desarrollo del coche biónico de Mercedes-Benz, un compacto totalmente funcional con una longitud de 4,24 m y espacio para cuatro plazas más equipaje. Con un Cx de sólo 0,19, este vehículo concepto se encuentra catalogado entre los más aerodinámicos de su tamaño.
Un consumo 20% menor y una reducción del 80% en emisiones de óxidos de nitrógeno
Adicionalmente a la magnífica aerodinámica y a la construcción ligera inspirada en la Naturaleza, el motor diésel de 140 CV y la novedosa tecnología SCR (Reducción Catalítica Selectiva) contribuye a la reducción de consumo y a una considerable reducción de las emisiones de escape. En el circuito promedio de consumo EU este vehículo consume 4,3 l/100 km, un 20% menos que un automóvil de sus dimensiones. A una velocidad constante de 90 km/h el consumo se reduce a 2,8 litros cada 100 km.
Gran rigidez y poco peso: un desarrollo inspirado en la Naturaleza
El pez cofre, modelo aerodinámico tomado para el vehículo, es un buen ejemplo de rigidez con bajo peso. Su piel está formada por numerosas escamas en forma de placas hexagonales que le proporcionan una elevada rigidez con un peso mínimo y protegen de manera eficaz al pez de posibles lesiones.
Los investigadores de DaimlerChrysler examinaron este tipo de estructura y aplicaron este principio al prototipo biónico de Mercedes-Benz con ayuda de un complejo algoritmo. El proceso de cálculo se basa en el principio de formación de las escamas y ha permitido aumentar la rigidez de las puertas del vehículo, por ejemplo, en un 40% con relación a los diseños convencionales. Si se calcula la construcción de toda la carrocería con arreglo a este principio biónico, la reducción que se obtine en el peso es de aproximadamente una tercera parte, sin disminuir un ápice la rigidez y la seguridad de la carrocería en caso de colisión.
Para diseñar el coche biónico, los ingenieros de Mercedes-Benz han recurrido por primera vez a un ejemplo específico de la naturaleza, que no sólo conjuga las ideas de aerodinámica, seguridad, confort y compatibilidad medioambiental del coche en términos de detalles, sino también de forma y estructura como un todo; el ejemplo ha sido el pez cofre (ostracion cubicus).
A pesar de su cuerpo en forma de paralelepípedo, o cofre, este pez tropical está, de hecho, extremadamente perfilado y cuenta con una hidrodinámica ideal. Con un modelo a escala construido de la manera más fiel posible al pez cofre, los ingenieros de Stuttgart lograron alcanzar en el túnel de viento un coeficiente aerodinámico de sólo 0,06.
Para poder aplicar este enorme potencial al desarrollo del automóvil, los técnicos de DaimlerChrysler crearon primero un modelo a escala 1:4 cuyo contorno era prácticamente igual al de un pez cofre. En los ensayos realizados en el túnel de viento, se registró un coeficiente aerodinámico de 0,095, un valor sin precedentes, en este modelo de arcilla. Este valor corresponde a los alcanzados con modelos extremadamente perfilados (Cx = 0,09) y otras formas aerodinámicamente ideales.
DaimlerChrysler utilizó los resultados obtenidos en la investigación para el desarrollo del coche biónico de Mercedes-Benz, un compacto totalmente funcional con una longitud de 4,24 m y espacio para cuatro plazas más equipaje. Con un Cx de sólo 0,19, este vehículo concepto se encuentra catalogado entre los más aerodinámicos de su tamaño.
Un consumo 20% menor y una reducción del 80% en emisiones de óxidos de nitrógeno
Adicionalmente a la magnífica aerodinámica y a la construcción ligera inspirada en la Naturaleza, el motor diésel de 140 CV y la novedosa tecnología SCR (Reducción Catalítica Selectiva) contribuye a la reducción de consumo y a una considerable reducción de las emisiones de escape. En el circuito promedio de consumo EU este vehículo consume 4,3 l/100 km, un 20% menos que un automóvil de sus dimensiones. A una velocidad constante de 90 km/h el consumo se reduce a 2,8 litros cada 100 km.
Gran rigidez y poco peso: un desarrollo inspirado en la Naturaleza
El pez cofre, modelo aerodinámico tomado para el vehículo, es un buen ejemplo de rigidez con bajo peso. Su piel está formada por numerosas escamas en forma de placas hexagonales que le proporcionan una elevada rigidez con un peso mínimo y protegen de manera eficaz al pez de posibles lesiones.
Los investigadores de DaimlerChrysler examinaron este tipo de estructura y aplicaron este principio al prototipo biónico de Mercedes-Benz con ayuda de un complejo algoritmo. El proceso de cálculo se basa en el principio de formación de las escamas y ha permitido aumentar la rigidez de las puertas del vehículo, por ejemplo, en un 40% con relación a los diseños convencionales. Si se calcula la construcción de toda la carrocería con arreglo a este principio biónico, la reducción que se obtine en el peso es de aproximadamente una tercera parte, sin disminuir un ápice la rigidez y la seguridad de la carrocería en caso de colisión.
Rtdo.