Un informe destaca el trabajo de gran calidad del sector textil gallego, a pesar de la baja cualificación y elevada edad de sus trabajadores
Los trabajadores del sector textil gallego hacen un trabajo de gran calidad a pesar de su bajo nivel de cualificación y elevada edad, según un estudio basado en mil encuestas, realizado por la empresa consultora Métodos Galicia S.L. El informe fue dado a conocer por el director general de la consultora, Eduardo Sánchez, durante el tercer encuentro transfronterizo mantenido en la sede del colectivo empresarial ourensano (CEO), entre empresarios textiles de Ourense y norte de Portugal.
Según Sánchez, el 54,4% de los trabajadores, son mujeres de una media de 39 años, de las que el 62% tiene estudios primarios y el 15% cuenta con estudios de Formación Profesional aunque en su mayoría no están relacionados con el sector textil, «lo que complica la necesidad de las empresas, de afrontar cambios en la crítica situación actual del sector».
En la reunión mantenida en la CEO, los empresarios asistentes mostraron su disconformidad con el análisis y entre ellos, el presidente de la Asociación de Talleres Textiles de Ourense (ATACIO), Argimiro Rodríguez, apuntó que el sector «sufre un abandono total de las Administraciones frente a la automoción o minería que, por ejemplo, tienen prejubilaciones que ya quisiéramos para nosotros». Eduardo Sánchez manifestó su convencimiento personal de que «el sector textil español fue vendido en la UE para que no se tocase al agrario y se abrió el mercado a Asia, con la que no podemos competir, y por eso es necesario innovar y transformarse».
El responsable de Métodos Galicia expuso, como ejemplos, el caso de una empresa viguesa de paraguas que «importa la producción asiática de baja calidad y elabora aquí los de gama alta y los más específicos, como sombrillas para jardines». Sánchez aludió, entre las desventajas del sector gallego, a la dificultad para implantar un asociacionismo eficaz y, entre las ventajas, la posibilidad de compartir con los socios portugueses de la eurorregión Galicia-Norte de Portugal, el mercado de las antiguas colonias portuguesas y del territorio hispanoamericano.
El director general de la sociedad BIC-Minho, Vítor Sá Carneiro, apuntó la necesidad de que las instituciones de ambos lados de la frontera «trabajen juntas, para aprovechar las oportunidades comunes». Hizo un llamamiento para «dejar de llorar, olvidar la competencia entre ambos territorios en el pasado y empezar a innovar y a crear productos diferenciados para explotar, de forma conjunta, los mercados emergentes de Angola, Mozambique, Brasil o Hispaonamérica».
El presidente de ATACIO, Argimiro Rodríguez aludió a la situación del textil en Ourense, donde en los últimos años «cerraron 37 talleres con 500 puestos de trabajo, mientras permanecen activos otros 68 que dan trabajo a 950 personas de 21 municipios de toda la provincia». «Esto sin contar -añadió- con los casi 2.000 trabajadores propios de Adolfo Domínguez, Roberto Verino y Sociedad Textil Lonia, que confecciona para las firmas Purificación García y Carolina Herrera, y que ahora apenas dan trabajo a los talleres ourensanos y reciben su mercancía de China, Portugal o Pakistán porque no tienen más remedio». Rodríguez señaló que «mientras los compradores primen las marcas, los empresarios tendremos que luchar en los ámbitos de la innovación y el nombre, porque cualquier otra solución, como la eliminación de intermediarios o la promoción exterior, llega ya demasiado tarde para nosotros».
Según Sánchez, el 54,4% de los trabajadores, son mujeres de una media de 39 años, de las que el 62% tiene estudios primarios y el 15% cuenta con estudios de Formación Profesional aunque en su mayoría no están relacionados con el sector textil, «lo que complica la necesidad de las empresas, de afrontar cambios en la crítica situación actual del sector».
En la reunión mantenida en la CEO, los empresarios asistentes mostraron su disconformidad con el análisis y entre ellos, el presidente de la Asociación de Talleres Textiles de Ourense (ATACIO), Argimiro Rodríguez, apuntó que el sector «sufre un abandono total de las Administraciones frente a la automoción o minería que, por ejemplo, tienen prejubilaciones que ya quisiéramos para nosotros». Eduardo Sánchez manifestó su convencimiento personal de que «el sector textil español fue vendido en la UE para que no se tocase al agrario y se abrió el mercado a Asia, con la que no podemos competir, y por eso es necesario innovar y transformarse».
El responsable de Métodos Galicia expuso, como ejemplos, el caso de una empresa viguesa de paraguas que «importa la producción asiática de baja calidad y elabora aquí los de gama alta y los más específicos, como sombrillas para jardines». Sánchez aludió, entre las desventajas del sector gallego, a la dificultad para implantar un asociacionismo eficaz y, entre las ventajas, la posibilidad de compartir con los socios portugueses de la eurorregión Galicia-Norte de Portugal, el mercado de las antiguas colonias portuguesas y del territorio hispanoamericano.
El director general de la sociedad BIC-Minho, Vítor Sá Carneiro, apuntó la necesidad de que las instituciones de ambos lados de la frontera «trabajen juntas, para aprovechar las oportunidades comunes». Hizo un llamamiento para «dejar de llorar, olvidar la competencia entre ambos territorios en el pasado y empezar a innovar y a crear productos diferenciados para explotar, de forma conjunta, los mercados emergentes de Angola, Mozambique, Brasil o Hispaonamérica».
El presidente de ATACIO, Argimiro Rodríguez aludió a la situación del textil en Ourense, donde en los últimos años «cerraron 37 talleres con 500 puestos de trabajo, mientras permanecen activos otros 68 que dan trabajo a 950 personas de 21 municipios de toda la provincia». «Esto sin contar -añadió- con los casi 2.000 trabajadores propios de Adolfo Domínguez, Roberto Verino y Sociedad Textil Lonia, que confecciona para las firmas Purificación García y Carolina Herrera, y que ahora apenas dan trabajo a los talleres ourensanos y reciben su mercancía de China, Portugal o Pakistán porque no tienen más remedio». Rodríguez señaló que «mientras los compradores primen las marcas, los empresarios tendremos que luchar en los ámbitos de la innovación y el nombre, porque cualquier otra solución, como la eliminación de intermediarios o la promoción exterior, llega ya demasiado tarde para nosotros».
R.