El 16'4% de las trabajadoras gallegas denuncia sufrir acoso sexual en el trabajo. Una encuesta del Instituto de la Mujer sitúa a Galicia como la tercera comunidad con mayor número de casos
Un 16'4% de trabajadoras gallegas sufre acoso sexual en el trabajo, por detrás de Cataluña con un 22'2% y de Andalucía con un 20'4%. Son datos de una encuesta elaborada por el Instituto de la Mujer en el que también se refleja el perfil de la trabajadora acosada: una mujer menor de 34 años, soltera y cualificada.
El referido estudio destaca también el mayor acoso que sufren las inmigrantes extracomunitarias. En la mayoría de los casos (el 58,8 %), quien protagoniza las situaciones de acoso es un compañero, en el 20,6% un superior directo y en el 14,3 un cliente. Este comportamiento se registra más en los sectores de la construcción y la industria y en empresas medianas y grandes.
El acosador, en los casos graves y muy graves, suele ser un hombre casado (o con pareja estable) y con hijos, normalmente un mando intermedio.
En el estudio, presentado por la secretaria general de Políticas de Igualdad, Soledad Murillo, se distingue entre el «acoso técnico» (las situaciones de acoso sufridas por las mujeres en su trabajo en el último año) y el «acoso declarado» (el considerado por la mujer como acoso sexual). Según la investigación, el 14,9% de las trabajadores ha padecido acoso técnico y el 9,9 % acoso declarado.
Siguiendo la definición de acoso técnico, el más común es el leve, que afecta al 14,7 % de las trabajadoras (1.240.000 mujeres) y abarca desde los chistes de contenido sexual sobre la mujer a los piropos o comentarios sexuales sobre las trabajadoras, las peticiones reiteradas de citas, los acercamientos excesivos o los gestos y las miradas insinuantes.
Por su parte, un 4% de las trabajadoras (340.000) sufre acoso grave: preguntas sobre su vida sexual, insinuaciones sexuales, peticiones abiertas de relaciones sexuales sin presiones, presiones después de la ruptura sentimental de un compañero.
Junto a estos grupos, un 2,2 % (185.000) padece acoso muy grave, con abrazos y besos no deseados, tocamientos y pellizcos, acorralamientos, presiones para obtener sexo a cambio de mejoras o amenazas, actos sexuales bajo presión de despido o asaltos sexuales.
El referido estudio destaca también el mayor acoso que sufren las inmigrantes extracomunitarias. En la mayoría de los casos (el 58,8 %), quien protagoniza las situaciones de acoso es un compañero, en el 20,6% un superior directo y en el 14,3 un cliente. Este comportamiento se registra más en los sectores de la construcción y la industria y en empresas medianas y grandes.
El acosador, en los casos graves y muy graves, suele ser un hombre casado (o con pareja estable) y con hijos, normalmente un mando intermedio.
En el estudio, presentado por la secretaria general de Políticas de Igualdad, Soledad Murillo, se distingue entre el «acoso técnico» (las situaciones de acoso sufridas por las mujeres en su trabajo en el último año) y el «acoso declarado» (el considerado por la mujer como acoso sexual). Según la investigación, el 14,9% de las trabajadores ha padecido acoso técnico y el 9,9 % acoso declarado.
Siguiendo la definición de acoso técnico, el más común es el leve, que afecta al 14,7 % de las trabajadoras (1.240.000 mujeres) y abarca desde los chistes de contenido sexual sobre la mujer a los piropos o comentarios sexuales sobre las trabajadoras, las peticiones reiteradas de citas, los acercamientos excesivos o los gestos y las miradas insinuantes.
Por su parte, un 4% de las trabajadoras (340.000) sufre acoso grave: preguntas sobre su vida sexual, insinuaciones sexuales, peticiones abiertas de relaciones sexuales sin presiones, presiones después de la ruptura sentimental de un compañero.
Junto a estos grupos, un 2,2 % (185.000) padece acoso muy grave, con abrazos y besos no deseados, tocamientos y pellizcos, acorralamientos, presiones para obtener sexo a cambio de mejoras o amenazas, actos sexuales bajo presión de despido o asaltos sexuales.
R.